19/3/12

La ironía de la decepción

Entonces alguien te dice que se siente decepcionado de ti y que no vales la pena. Te sientes mal, por supuesto, lo sufres, duele. Después te das cuenta que no es tan malo, que, al analizar patrones de conducta de aquella otra persona, la realidad es que la idea de "haber decepcionado" es lo que hace que tú te decepciones más de esa persona que ella de ti.

En la vida hay que ser valientes y atreverse a enfrentar los desafíos, sea como sea que vengan. Aprendes de las victorias y también de las derrotas. Comprendes, perdonas y das segundas oportunidades. Ofendes y eres perdonado también. Todo es parte de la gran imagen. Y así es como yo elijo vivir, comprendo, aprendo y doy segundas oportunidades a quien las merece. Me quedo con las cosas buenas porque, sólo un fragmento de éstas, minimiza cualquiera de las malas.

Con esto se cierra el capítulo tres de "Dios Mio, quítame lo bruto" o como sea que decida ponerle a mi libro de autoayuda. Al final del día, soy súper profundo, no olviden que tengo un blog de moda y sueño con unicornios.

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